lunes, 12 de septiembre de 2011

11 de Septiembre: EE.UU. y la Carta Democrática Interamericana Por: Javier El-Hage *





















El 11 de septiembre de 2001 es reconocido como el día en que Estados Unidos recibió un llamado urgente para liderar la lucha contra el terrorismo. Es también el día en que Estados Unidos junto a otros 33 países de América firmaron la Carta Democrática Interamericana (CDI) y sellaron su compromiso con la protección y la promoción colectivas de la democracia. A lo largo de estos diez años de costosas guerras en Afganistán e Irak, Estados Unidos ha incumplido su compromiso de liderar la implementación de la CDI y se ha mantenido al margen mientras la democracia ha venido siendo erosionada en el continente. Es momento de que se ponga en acción, pero en una acción pacífica.

Desde la fundación de la Organización de las Naciones Unidas en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, la OEA siempre estuvo por delante de su homólogo mundial en el afán de promulgar normas jurídicas internacionales que proclamen los derechos individuales como la única base legítima de gobierno. Por ejemplo, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre fue aprobada en Bogotá meses antes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y se convirtió así en el primer documento internacional sobre derechos humanos en el mundo.

Durante la Guerra Fría, sin embargo, tanto el gobierno de Estados Unidos como la OEA le dieron la espalda a estos principios, al no condenar a ciertos dictadores de la derecha militar que se habían propuesto la tarea de liberar a sus países de caudillos y guerrillas inspirados y financiados por el dictador comunista Fidel Castro o por la propia Unión Soviética.

Estados Unidos y la OEA se quedaron callados mientras los derechos humanos eran atropellados por dictadores como Augusto Pinochet en Chile, Jorge Rafael Videla en Argentina, Alfredo Stroessner en Paraguay, y las dictaduras militares de Bolivia, Brasil y Uruguay que llevaron a cabo el Plan Cóndor: un sanguinario plan de inteligencia multinacional destinado a aplastar a las guerrillas marxistas.

El 11 de septiembre, Estados Unidos fue llamado a liderar con determinación, pero este llamado iba mucho más allá de acabar con las organizaciones terroristas en el Medio Oriente y juzgar a sus miembros. Los terroristas no germinan en las sociedades abiertas, transparentes y democráticas, sino que proliferan en la oscuridad de las sociedades cerradas, asfixiadas y antidemocráticas.

A diez años del 11 de septiembre del 2001, Estados Unidos y las naciones democráticas del continente americano deberían comenzar a promover con convicción la democracia y la libertad, alrededor del mundo, de una manera pacífica, a través del comercio y de canales diplomáticos multilaterales, mucho antes de que gobiernos autoritarios les cierren las ventanas y les corten las válvulas de oxígeno a sus propios ciudadanos. El continente necesita con urgencia este tipo de liderazgo.

PERIÓDICO EL ESPECTADOR Internacional |11 Sep 2011 - 5:37 pm